En México la fiesta y la gastronomía van de la mano. Cualquier celebración en México esta siempre acompañada de una exquisita gama de sabores, olores y texturas que abren el apetito y colores que avivan la tentación de saborear todos los platillos que se presentan en el festejo, sea este un cumpleaños, un aniversario, boda, graduación, bautizo o el festejo del Santo Patrono local, sin dejar de mencionar, claro, el Día de Muertos.
La gastronomía mexicana tradicional es un agasajo para propios y extraños. Tenemos por ejemplo, el clásico mole que requiere para su preparación más de 25 ingredientes de acuerdo al tipo de región a la que pertenezca, por lo que la cantidad de ingredientes puede variar. Un buffet mexicano es una de las opciones mas recurridas cuando se organiza un festejo casual, donde podemos encontrar chalupitas, sopes, empanadas, tacos, tostadas, en infinitas variaciones de ingredientes como el picadillo, la tinga, queso, bistec, pollo, res o pescado.
Ahora que, si de guisados hablamos, la lista sería tan larga como la extensión territorial del país y tan deliciosa que es difícil elegir entre una pieza de Cabrito norteño asado a las brasas o una suculenta porción de Cochinita Pibil salido de una cocina maya en Yucatán o en Quintana Roo, envuelto en hoja de plátano con el vibrante color que el axiote le da a la carne de puerco. Y si de gustos hablamos, también sería difícil elegir entre un caldo de Chilpachole de las costas del Pacífico, y unos tamales de hoja de Chipilín o de Hierba Santa preparados en Chiapas. Si te gustan los frutos del mar, ¿qué tal un cóctel Vuelve a la Vida o un Pescado a la Veracruzana?
Tenemos una rica herencia de nuestros ancestros aztecas, mayas o toltecas en forma de platillos que podríamos llamar "exóticos" sin que dejen de ser tradicionales: gusanos, hormigas y chapulines guisados al gusto del comensal, fritos con sal y limón, acompañados de salsas hechas en molcajete, de chiles secos o jalapeños. Y cómo dejar de mencionar al Huitlacoche, que es un hongo del maíz de color oscuro, rico en nutrientes y por supuesto en sabor.
Un elemento indispensable en la mesa es la Tortilla. Hablar de la Tortilla hecha de maíz es un tema que puede ser muy extenso. La podemos clasificar por el tipo de maíz y color (blancas, azules, amarillas, rojas), por cómo se elaboran (a mano, usando hoja de plátano para darle forma, con tortilladoras caseras o con máquina semi-industrial), o por su forma de cocción: en comal, en barro sobre brasas de carbón, entre otras.
Siempre hay opciones para los vegetarianos. ¿Quién puede resistirse a unos chiles rellenos de queso y nopal, o una sopa de flor de calabaza o unas quesadillas de hongos y nopales preparados en cazuelitas de barro? ¿O unos ricos frijolitos de la olla, acompañando unos huevos ahogados en salsa de chile chipote? ¿Y qué tal unos aguacates rellenos de atún?
Las bebidas. Horchata de arroz, de coco, el agua de jamaica, agua de chía, tamarindo y sandía. Y si son bebidas fuertes pues tenemos el Tequila, el Mezcal, el Pulque. Si prefieres las bebidas calientes, podrás deleitarte con un chocolate o un atole y, en fiestas decembrinas el tradicional ponche de frutas. Claro que no hay que olvidar la extensa variedad de panes y dulces que México ofrece: conchas, trenzas, chilindrinas, bienmesabes, nieves, merengues, chocolate, confites, fruta en almíbar y mermeladas solo por mencionar algunos.
La cocina mexicana conjuga tradiciones ancestrales de los antepasados indígenas con los ingredientes y recetas que trajeron los españoles en la época de la conquista, la riqueza culinaria de nuestro país es una característica invaluable. Tanto, que fue reciente candidata a ser considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Leer e imaginar acerca de los platillos mexicanos es agradable, pero sin duda es más satisfactorio deleitarnos con las texturas, colores y sabores de la Tradicional Gastronomía Mexicana.
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